Al caer la tarde los vecinos se fueron concentrando en las instalaciones de la piscina comunitaria. Allí mientras los más pequeños hacían de las suyas, se encontraban los cocineros y ayudantes de cocina que, bajo la "batuta" de Pedro, se afanaban para que la cena fuera un éxito. Cosa que así ocurrió.
No faltó la camaradería ni la tradicional "foto de familia" y los más pequeños se lo pasaron en grande (aunque este año no se pudieron bañar dado que la noche estaba algo fresca).
La fiesta se prolongó como siempre hasta altas hora de la madrugada y como decía algún vecino......el año que viene más y mejor.