L.B.H.- «EL NEGOCIO DEL MIRARTE» titula una bañezana que se queja, en redes sociales, de algunas de las cosas que pasan en nuestro ayuntamiento. Bajo el nick de Señorita Transparencia (no hay libertad en este país y hablar, opinar y decir la verdad te puede llevar a denuncias –díganselo a este periódico que hemos pisado varias veces el Juzgado por publicar verdades, noticias y opiniones en cartas al director y editoriales–) esta ciudadana critica, con ironía, que «en La Bañeza ya se respira más seguridad.» «Normal, con tantas cámaras, es imposible respirar sin salir en plano.» –«La Bañeza Hoy» periódico lleva ya tiempo pensando en hacer un reportaje sobre cómo nos vigilan en la ciudad. Y es que a las cámaras inicialmente instaladas en las salidas y entradas de la ciudad en la Era Palazuelo, tras los robos a entidades bancarias –Caja España y La Caixa– en los que los ladrones huyeron de los cuerpos de seguridad, se pensó en instalar cámaras en las entradas y salidas de la ciudad para, en caso de robo (robaron jamones en la Feria de los embutidos) tener constancia la Policía Local de qué vehículos habían salido y entrado, y por donde, y sincronizar las horas de los robos con la huída y poder determinar así, leyendo las matrículas de los vehículos, quien había robado (o al menos descartar o reducir la lista de posibles delincuentes). Al igual con los badenes –no los había en la ciudad hasta que un imbécil (o varios jóvenes) se dedicaron a hacer carreras con su coche matando a alguien (atropello ante el bar de enfrente de Correos, hoy cerrado), los badenes y las cámaras de videovigilancia de ciudadanos se han multiplicado como setas en la ciudad, sin que muchos sean conscientes de ello. Pronto a la cámara del cementerio (acceso de entrada y salida a La Bañeza por la A-6 y Castrocalbón/Castrocontrigo), se sumaron las de la Plaza Mayor (una emitía en YouTube permanentemente desde el ayuntamiento, otra está en el otro lado, luego se pusieron para evitar quema de contenedores de basura ante el Hogar del Jubilado (un acto vandálico reiterado en la Era Gobantes llevó a vigilar quien provocaba esos incendios, y así se fueron multiplicando las cámaras de videovigilancia en la calle del mercadillo semanal (accesos), en la Pl. Antonio Colinas, Juan de Ferreras... en el Parque romántico etc, etc. etc.
El coste de la videovigilancia
Pero el problema no es que nos vigilen a los ciudadanos cada vez que paseamos por la ciudad, 'señorita transparencia' (exige transparencia al consistorio) se queja del coste que esas cámaras –LaBañeza.net publicó una vez una foto de los monitores de las mismas en la Policía Local–, coste que pagan los bañezanos con sus impuestos. «Pero no te preocupes, querido bañezano, no te graban gratis. Cada vez que alguien “visualiza” esas imágenes, la jugada cuesta 130,68 €. Y sí, lo pagas tú. Tú y todos los demás que ya habíamos financiado la instalación con nuestros impuestos –denuncia esta bañezana aportando extractos de los gastos municipales– añadiendo con ironía «Negocio redondo, ¿verdad?. La misma empresa privada que te vigila, te vende el kit, cobra por usarlo, y factura al Ayuntamiento más de 90.000 € en un año por “trabajos”, dicen. (foto).






