viernes, 25 de agosto de 2017

Controlado el incendio de La Cabrera


 L.B.H. / REDACCIÓN.- Primero eran 3.000, luego, 6.000 el miércoles, 8.000 el jueves y ya se hablaba de 10.000 hectáreas calcinadas el viernes. Los 300 efectivos movilizados se convirtieron en 500 y después en 600, 700...
cuatro aviones anfibios Canadair, de 5.500 litros de capacidad de descarga procedentes de las bases de Torrejón (Madrid), Talavera la Real (Badajoz) y Matacán (Salamanca), otros dos aviones anfibios, de 3.500 litros, de la base de Rosinos (Zamora), dos helicópteros Kamov, de 4.500 litros con base en Plasencia de Cáceres y Villares de Jadraque (Guadalajara), seis helicópteros de transporte y extinción de las brigadas de refuerzo en incendios forestales (BRIF) de Tabuyo del Monte, Tineo (Asturias) y Lubia (Soria. El Ministerio también ha enviado a la zona un avión de comunicaciones y observación (ACO), desde la base de Valladolid, y una unidad móvil de análisis y planificación, de León. Un despliegue aéreo al que se suman en tierra 27 cuadrillas de tierra, cuatro cuadrllas nocturnas, siete brigadas helitransportadas y cuatro brigadas de refuerzo del Mapama junto a 11 autobombas y 11 bulldozer que no descansan para hacer cortafuegos, 20 técnicos y 29 agentes medioambientales... pero todo se quedaba pequeño, escaso, ante la magnitud del fuego que el martes cubrió el cielo de La Bañeza de humo amarillento. «Parece que va a haber tormenta» decía una señora en la piscina de verano mirando al cielo sin saber de lo que se trataba: la mayo catástrofe ecológica de este año, y un incendio de mayores consecuencias que el sufrido en Castrocontrigo en 2012. (que calcino 11.500 hectáreas)


Intencionado

La Guardia Civil comentaba que el fuego había sido intencionado, de hecho se hablaba de cuatro frentes distintos, de que empezó sobre las 9-9.30 de la noche (para impedir actuar a los medios aéreos de las brigadas forestales) y de que incluso tenían un sospechoso, un vecino de la zona, un jóven, al que se le había visto en la zona donde se originó un foco, poco después de iniciarse el fuego. Fuego que obligó a evacuar el pasado martes a los vecinos de Santa Eulalia de Cabrera (Encinedo) y Villarino (Truchas) debido a que el humo provocado por el fuego se había propagado por todo el pueblo. Los habitantes de esta localidad, tal y como dijimos en el Telediario 8 de 'La Bañeza Hoy noticias' en nuestro canal de YouTube, habían sido llevados a Quintanilla de Losada, donde se encontraban reunidos en un bar a la espera de poder regresar a sus viviendas. Pero la cosa fue a peor, ya que el propio miércoles a los vecinos de  Losadilla y Trabazos, se sumaron al desalojo, y posteriormente se unieron a ellos una veintena de vecinos del pueblo de Forna (municipio de Encinedo) que fueron llevados al pabellón deportivo de dicha localidad. El jueves se hablaba de 85 vecinos evacuados (hablamos de pueblos tipo aldea de una veintena de habitante. Los vecinos desalojados fueron trasladados al polideportivo de La Baña, ya que el puerto del Carbajal, que une Encinedo con Truchas se encontraba cerrado al tráfico por la presencia de humo.

Dramático incendio
«Esto es un infierno» decían las Brigadas Forestales agotadas tras horas de lucha ante unas inmensas llamaradas que afectaban a toda la sierra de La Cabrera devorándola –hay mucha maleza porque no se limpia el monte, y hierba seca, ya que llevamos un año muy muy seco que ha dejado todas nuestras cuencas bajo mínimos, y pantanos, al límite, imponiéndose las primeras restricciones de agua ya no sólo para riego, sino para consumo humano.–

'La Hacienda' acogía el jueves por la mañana a decenas de estos intrépidos brigadistas que lo habían dado todo. Negros como tizones, cansados, abatidos y descorazonados, porque el fuego no se podía controlar. Es más, el mismo miércoles se avivó, tal y como decía el Consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León Suárez-Quiñones . «El foco principal, el norte, está “sin control” y se acerca a las localidades de Nogar y Robledo de Losada, que ya cuentan con un plan de defensa establecido para evacuar a la población si fuera necesario.» declaraba a la prensa comentando que el viento reinante ese día estaba avivando las llamas, que tenían varios metros de alto, y provocaban una humareda que se veía a decenas de kilómetros de distancia, hasta donde llegaban cenizas –algunas cayeron en La Bañeza–.

Fotos: Luismi