martes, 8 de febrero de 2022

EDITORIAL. EL TREN DE LA VÍA RUTA DE LA PLATA

Publicábamos en el periódico de la pasada semana la propuesta –sin duda electoral: el lunes ya se habrán olvidado de ella–, de CC.OO de reabrir el ferrocarril de la ruta vía de la plata. Mi gran satisfacción –y la de muchos otros–, sería que se reabriera. Mi mayor ilusión: que nunca se hubiese cerrado. No sé por qué motivos –si el político de turno tendría una empresa de camiones o qué– se cerraría esta línea de ferrocarril (y muchas otras), pero sin duda el transporte de mercancías iría mucho mejor en tren que por carretera, destrozando el asfalto los camiones y generando accidentes de tráfico por tanta densidad de circulación. En serio, creo que el político que cerró líneas de ferrocarril no lo hizo por falta de rentabilidad, sino porque tendría un negocio de camiones. Y no es que las mercancías vayan mejor por tren, en largas y cortas distancias –antes las industrias, las fábricas, se instalaban al lado de las vias del tren para transportar sus productos y recibir materiales e incluso carbón para sus altos hornos, etc.–, sino porque cualquier persona con un dedo de frente (no dos, con uno solo), se habría dado cuenta que era matar León el cerrar las líneas férreas. El ferrocarril Benavente-La Bañeza-Astorga es vertebrador. Hubiese dado vida y crecimiento a estas tres ciudades. Tener un tren de cercanías que nos uniese hubiera sido todo un acierto ¿cuanta gente no baja al mercadillo de una u otra ciudad o se desplaza a Astorga o Benavente a Hacienda o renovar el DNI o a un concesionario, o un médico especialista que sólo pasa cita en una u otra ciudad, o a un servicio de una Administración del estado de los que carece La Bañeza?. ¡¡Imagínense un ferrocarril, aunque sólo fuese de cercanías, uniendo estas tres ciudades con trenes cada hora!! Y no sería tan costoso ni tan complicado: bastaría un mismo tren, con dos vagones y un conductor, haciendo el recorrido ida y vuelta entre Benavente y Astorga –tardando lo que tardarse–, llegar y dar media vuelta el mismo tren. (a parte de la línea de transporte de mercancías). Seguro que la España vaciada no se habría vaciado tanto si se hubiesen conservado las líneas de ferrocarril.

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