martes, 26 de julio de 2022

La Junta de Castilla y León no entiende el valor del patrimonio natural ni de los pueblos que lo custodian.

Cuando algo no se entiende no se valora, y cuando no se valora, ni se cuida ni se protege. Esta es la triste realidad que se ha venido fraguando durante décadas y que tiene en la gestión forestal y de los dispositivos antiincendios su última muestra. Si la Junta de Castilla y León realmente apreciara toda la riqueza natural que posee nuestra comunidad, no escatimaría recursos para protegerla. Si a la Junta le importara nuestro patrimonio natural haría una apuesta por una gestión de protección forestal estable a lo largo del año y con recursos y medios suficientes para sus trabajadores. No se le ocurriría hacer contratos de temporeros a los bomberos forestales, ni se le toleraría tener un dispositivo antiincendios con medios escasos y obsoletos que ponen en riesgo la vida de los profesionales cuando tienen que atacar un incendio. Si a la Junta de Castilla y León le importara nuestro patrimonio natural, sabría que son los pueblos y sus habitantes quienes primero lo protegen. Sabría que garantizar la vida en los pueblos es uno de los mejores mecanismos para cuidar nuestro entorno natural. Si la Junta tuviera esto en cuenta, no se le ocurriría quitar servicios públicos de nuestros pueblos, limitando el acceso a la sanidad, el transporte o servicios culturales, sino que los potenciaría. Al igual que potenciaría, en vez de poner trabas, actividades tan beneficiosas para el cuidado ambiental como es la ganadería extensiva o explotaciones agrarias sostenibles. Si a la Junta le importara nuestro patrimonio natural, hace tiempo que hubiera actuado de forma contundente y con medios para protegerlo. Pero no lo ha hecho, y las consecuencias de esta desidia las estamos pagando todos y a un precio muy elevado. Llegado este momento, y tras haber perdido tanto en los incendios forestales sufridos este verano en nuestra provincia, cabe hacerse la siguiente reflexión. Si quienes están al mando de nuestra comunidad no entienden la importancia de preservar nuestro patrimonio natural común, muestran una clara incapacidad para poder gestionarlo. Es sencillo, no se debería gestionar nada en lo que no se crea ni se valore.
El fuego se ha llevado nuestro presente y una parte muy importante de nuestro futuro, por eso es importante que se tomen medidas inmediatamente. · Se debe crear un mecanismo para que las ayudas lleguen a los afectados de forma inmediata. En el plazo de un mes se debería producir un adelanto de al menos el 50% de las primeras estimaciones de daños. · Se debe mejorar de forma inmediata las condiciones de los bomberos forestales y resto de personal de protección antiincendios, atendiendo a las demandas de sus distintos colectivos. · Se debe establecer una comisión de seguimiento de todas las acciones relacionadas con los incendios una vez finalizada la extinción de los mismos. Una comisión en la que participen tanto las administraciones como grupos sociales que representen a un amplio espectro social. Comisión que garantice transparencia en todas las acciones que se tomen. · Se deben producir dimisiones de los máximos responsables políticos tanto de la Consejería de Medio Ambiente como de la Junta de Castilla y León. No pueden permanecer en puestos de responsabilidad quien ha creado las políticas que han hipotecado el futuro de nuestra provincia y que han resultado ser tan peligrosas para nuestro territorio. Es el momento que desde la sociedad zamorana nos involucremos y que juntos reclamemos y luchemos por sacar nuestra provincia adelante. Es el momento de resurgir unidos de las cenizas que nos han echado encima.

Marcha cicloturista a Castrotierra