miércoles, 7 de septiembre de 2022

Un camión choca contra un balcón

Emilio García / redacción.- No es la primera vez y no será la última. Quien hizo la ley de urbanismo en La Bañeza permitiendo edificar sin retirar cometió el mayor pecado de la historia que sumirá durante décadas a la ciudad en un caos o la hará inhabitable o poco atractiva. Y es que no es lo mismo tener una huerta o solar que edificar tres alturas. Eso, sin retirar, hizo una ciudad umbría, oscura, que permanece en sombras en invierno –en muchas calles no entra el sol–, y por ello la gente que camina por ciertas aceras se resbala con el hielo y se rompe la cadera o se da, cuando menos, una gran culada. El ayuntamiento echa sal, pero no es solución. No es solución porque las calles se han quedado estrechas, sin aparcamiento, lo que hace que nadie venga a ellas y desalienta a los comercios que necesitan atraer un cliente comarcal que va a comprar donde puede aparcar al lado (sobre todo si lo que viene a comprar es algo pesado o voluminoso que quiere transportar cómodamente a su casa.) Y el tercer despropósito fue que en vez de retirar alguien (ayuntamiento) permitió sacar los balcones hasta el bordillo de la acerca, con lo que pega en ellos un camión y se lleva cornisas o esquinas de balcones (fotos). Esto ocurrió hace unos dias en La Bañeza (fotos Adrián Santos), pero no es el primer año que pasa, no es la primera vez que pasa, ni será la última –desafortunadamente–. «La Bañeza Hoy entrevistó años ha a vecinos de un edificio de la calle Juan Carlos I, el balcón de la esquina ya había dado más de un susto al vecino del primero y a la comunidad de propietarios que no era la primera vez que tenían que reparar los desperfectos. «Oí un boom! Un gran estruendo! Era un camión que había chocado contra la esquina del balcón, nos decía aquella vez un vecino del primero (el del piso afectado estaba de vacaciones cuando el suceso pasó aunque el impacto lo notaron en toda la planta).
En fin, por no tener un alcalde con visión de futuro y no tener unos ciudadanos que pensasen retirar a la hora de convertir su huerta en un bloque de pisos, La Bañeza tiene un futuro condenado y seguirá teniendo calles umbrías en invierno donde no entre el sol y quede el hielo haciendo resbaladizo el asfalto, en donde nadie se anime a vivir o comprar porque no se puede aparcar el coche, y calles por donde no cabe un camión sin chocarse contra el balcón del primer piso. Todo esto por no pensar el edil de turno (antaño), y por no pensar en la ciudad y ser egoístas los ciudadanos que se beneficiaron de edificar a lo alto ganando metros cuadrados sin pensar en si habrían una ciudad práctica y habitable o no.

Marcha cicloturista a Castrotierra