EMILIO GARCÍA / REDACCIÓN .-La crisis del coronavirus les ha dejado en la calle. Los tomboleros y feriantes en general no tendrán este año trabajo. En Castilla y León se han suspendido todas las fiestas hasta septiembre, las de grandes ciudades, donde la gente estaba más apretujada, pero también en pequeños pueblos, donde la gente puede estar más a sus anchas y manteniendo espacio interpersonal suficiente. Los feriantes no tienen qué comer, se les ha privado de su medio de vida y subsistencia, ya que el cese de actividad les ha pillado en plena campaña, y los que la pensaban retomar se han visto frustrados por la Junta de Castilla y León que tomaba hace unos días la drástica decisión de restringir todos los actos festivos no sólo del verano, sino incluso los de septiembre, para que todos los pueblos ya celebren sus fiestas locales en agosto o en septiembre, 'sean iguales'.
Fotos: Adrián Santos Llamazares