E. García.- Los hay quienes se creen que los columpios no los han pagado ellos –con sus impuestos– (y los bancos del parque, las macetas, los árboles públicos, las papeleras)– y hay gente que se dedica a estropearlos, romperlos, darlos patadas (o como con los contenedores, que los quemaban)–. Los enemigos de lo público, en una de sus últimas y descerebradas iniciativas, han causado daños, con sus actos vandálicos, a varios columpios de nuestra ciudad, y, ante el peligro que eso suponía para los usuarios de los mismos –de tener un accidente–, la Policía Local los precintaba hace unas semanas.
Esperemos que esos descerebrados piensen que todo el mobiliario público es público: es decir, de todos, para el uso y disfrute público y gratuíto de todos los ciudadanos (según edad). Y que si rompen, destrozan o simplemente dañan las papeleras, jardineras, farolas o columpios, alguien no los podrá utilizar y el dinero que el ayuntamiento tenía para otra cosa deberá de emplearlo en reponer lo que ellos han destrozado. Y con los columpios peor: el romper una cuerda, tabla, etc. puede ocasionar accidentes a los más pequeños... es decir, heridas, lesiones, etc.Fotos: Adrián
