El grupo internacional Associated British Foods (AB Foods) ha comunicado la reestructuración de su negocio español de azúcar, Azucarera, ante los altos costes. La compañía, que también es dueña de Primark, ha informado de que está a punto de completar una revisión operativa, con con diversos escenarios, entre los que no se descarta el cierre de alguna de las cuatro plantas que tiene en España, tres en Castilla y León, entre las que se encuentra La Bañeza, Toro y Miranda de Ebro, y una en Andalucía, concretamente en Guadalete.
Todas ellas dan trabajo a cerca de 700 personas.
En la primera mitad de su ejercicio fiscal, AB Foods ha contabilizado un beneficio neto atribuido de 520 millones de libras (610 millones de euros), un 21,6% menos que en el mismo periodo del año anterior, mientras que los ingresos sumaron 9.509 millones de libras (11.166 millones de euros), un 2,3% menos.
En el negocio azucarero, los ingresos cayeron un 6,1% interanual, hasta 1.098 millones de libras (1.289 millones de euros). En este caso, registró pérdidas operativas ajustadas de 16 millones de libras (19 millones de euros), frente a las ganancias de 125 millones de libras (147 millones de euros) un año antes.
En la presentación de sus cuentas, la multinacional señaló que los bajos precios del azúcar en Europa y las pérdidas operativas del negocio de bioetanol en Reino Unido, Vivergo, han afectado la rentabilidad general, por lo que la empresa anticipa unas pérdidas operativas ajustadas en el negocio de hasta 40 millones de libras esterlinas (47 millones de euros) en este ejercicio.
«En nuestro negocio español, Azucarera, el deterioro de las condiciones del mercado ha demostrado que la base de costes es estructuralmente demasiado alta. Por ello, estamos a punto de completar una revisión operativa que evalúa diversos escenarios para reestructurar este negocio», anticiparon fuentes de la multinacional.
En cuanto a Vivergo, AB Foods considera que la forma en que se están aplicando las regulaciones al bioetanol «está socavando la viabilidad comercial del negocio» y mantiene conversaciones con el Gobierno del Reino Unido para explorar opciones regulatorias que mejoren la situación sin que haya garantía de que tengan éxito, por lo que, si es necesario, se plantea suspender o cerrar la planta de Vivergo.