miércoles, 21 de octubre de 2015

Adios a Nuri, una mujer que era puro carnaval


José Cruz Cabo
La verdad es que Nuria Pérez Ogando, fue una de las niñas de su época que dio clases con mi madre Everilda, en la calle Padre Miguélez, al lado del hoy Bar La Isla, y desde entonces el conocimiento y la amistad duró hasta que la enfermedad le impidió conocerme.
Ya de niña de tres años, uno de los días que fue a clase, no se le ocurrió mejor cosa que meter a mi hermano Manolo en un armario que había en la habitación donde mi madre daba las clases, y cerrarlo con llave por fuera. Después de muchas vueltas mi madre sintió los lloros de mi hermano y la sacó del armario.
Siendo una niña de cinco años recitaba poesías en el Mes de Mayo a la Virgen y la gente quedaba entusiasmada de lo bien que lo hacía. Con el tiempo se hizo una mujer todo nervio, inquieta, trabajadora y sobre todo carnavalera. No se me olvidará en la vida el día que un domingo de carnaval, cuando ya se permitian al ser “Fiestas de Invierno”, aparecieron Kike Java de Josefina y Nuri de Napoleón, acompañados de la orquesta valenciana que venía a los carnavales y se dieron su paseo triunfal por las calles céntricas de la ciudad.
Fue profesora de la Escuela de la sección femenina, en el hoy albergue de peregrinos y como la querían las niñas que asistian a ella y aprendian muchas labores y cocina de manos de Nuri y de Pilar Baeza. Recuerdo un día, antes de entrar en la política, que me encontré con ella en la Confitería de Conrado en la parte de arriba, ya que yo iba a hablar con nuestro siempre recordado cronista, y se me enfadó porque decía ella que no hablaba bastante de la escuela, pero todo quedó en un cordial abrazo.
Después fue la inventora de las majores para qu dieran más realce a los desfiles de carrozas que el año 1967, se iniciaron con los desfile con la primera reina, Conchita Villegas, nombrada por el ayuntamiento bajo la alcaldía de Fidel Sarmiento, ella era la llamada a dar realce tanto a los vestidos de reinas y damas, como a la preparación y desfile de las carrozas.
Antonio Fernández Calvo la llevó a la concejalía donde estuvo tres legislaturas de concejala de Fiestas y todos los eventos los preparaba ella, porque tenía una capacidad de organización impresionante y además era una trabajadora incansable,
Fueron muchas las veces que estuvimos en contacto, hasta en los veranos nos veíamos en el monte, en su chalet mientras vivió su madre, y hasta una vez tuvimos que ayudar a apagar un fuego que comenzó en la hierba del chalet, pero no hubo ningún problema. Cuando compré la casa donde vivo, ella fue la encargada de poner las cortinas y decoración y se lo pasaba  también en mi casa que no tenía prisa en marchar. Con su hermana Mari Nieves llevaron el comercio que les dejó su padre, una vez que su madre ya no podía trabajar y era una alegria entrar en su establecimiento porque eras atendido con enorme simpatía por ambas hermanas.
Nuria Pérez Ogando fue una animadora de su Bañeza, pocas mujeres han sido capaces de realizar la labor que ella desempeño muchos años en ella. Siempre dispuesta a que todo resultara más vistoso, sin miedo al cansancio ni a las críticas. Mientras su salud se lo permitió, para ella su ciudad natal era lo primero y no le importaban los sacrificios que tenía que hacer, costaran lo que le costaran.

Querida Nuri, en estos momentos en que nos abandonas y vas al encuentro de tus padres, no puedo por menos que enviarte con estas lineas, mi cariño y el de mi mujer Nieves y esperar que algún día nos volvamos a encontrar en el cielo y seguir con nuestra amistad continua e incansable. Gracias por todo Nuri.