Esta Organización exige a Rosa Aguilar y a quién tras las elecciones del 20 de noviembre vaya a negociar la reforma de la PAC que una siempre el sistema de cuotas con el establecimiento de un precio digno para la remolacha pues de nada valen las primeras si el productor no percibe una cuantía justa por la raíz
Una vez que se ha conocido el rechazo de Dacian Ciolos a la propuesta de que se prorroguen las cuotas hasta el 2020, la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) considera que el fin de las cuotas en 2015 que propone el Comisario de Agricultura dentro de la reforma de la Política Agraria Comunitaria será el golpe definitivo para acabar con el agonizante sector remolachero azucarero de esta región.
Esta Organización, aún considerando de vital importancia el mantenimiento del sistema existente en la actualidad, estima que en este proceso negociador que se ha abierto en el día de ayer la continuidad de las cuotas debe ir ligado de una forma ineludible a un precio digno para la remolacha pues en caso contrario sólo se están “condenando” a unos agricultores como los de Castilla y León, que continuamente están dando muestras de su profesionalidad al situar sus rendimientos por hectárea en los más altos de la Unión Europea, a producir a perdidas. Por todo esto, se exige a Rosa Aguilar, en la actualidad máxima responsable del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino como a las personas que la sustituyan tras las elecciones del 20 de noviembre que en todo este proceso negociador unan cuotas azucareras con precios dignos para los remolacheros que evidentemente, no pueden ser los 26 euros que se perciben en la actualidad sin las ayudas, que no se puede olvidar desaparecen tras la campaña 2013 – 2014.
Desde la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) se considera que la supresión de las cuotas ya sean en el 2015 o en el 2020 supone el desmantelamiento total y absoluto de un sistema, el que marca la Organización Común del Mercado del Azúcar, que había funcionado a la perfección durante más de 30 años y que se comenzó a derribar con la reforma de la OCM aprobada en 2006 que ha supuesto la pérdida de la mitad de la cuota nacional que ahora mismo no llega a las 500.000 toneladas de azúcar frente a un consumo interior anual en crecimiento que se sitúa en los 1,3 millones de toneladas; la caída de la superficie que esta región dedicaba a este cultivo en un 41% pasando de las 53.420 has de 2005 a las 31.501 de la campaña actual; la pérdida de activos que se dedican a está actividad en Castilla y León en más de un 30% al dismunuir desde los 9.720 remolacheros a los 6.064 que la han declarado en su PAC este año, el cierre de 7 azucareras en España, la pérdida de más 1.000 puestos de trabajo directos en la industria…