EMILIO G. RANZ / desde el Teatro Municipal de LA BAÑEZA–Ya la había visto yo actuar el año pasado –llevamos a mi madre, por Navidad–, en el Teatro Campos, en Bilbao, en donde ella sóla, un banco del parque, y cuatro bombillas, nos llevaron a un mundo de postguerra rompiéndonos el corazón y casi haciéndonos llorar por la pobre mujer que Lolita representaba sublimemente, ‘La Colometa’ (buscar en wikipedia ‘La Pla
za del Diamante’) en la que ella representaba a la protagonista que se veía en el hambre y la necesidad... no tenía qué dar de comer a sus hijos en aquella España de postguerra. Y si bien hay una gran verdad en el teatro: sólo una buena actriz es capaz de sacar adelante un monólogo (una obra con sólo un actor), allí Lolita reivindicó sus tablas y en eñó al mundo que a parte del cante, lleva a una gran actriz dentro, porque sólo con su voz fue capaz de hacernos sentir, de transmitirnos, TOOOO-DOO, de aquella Colometa... Y eso es lo que caracteriza a un actor y distingue a un buen de un mal actor: el buen actor (o actriz) TRANSMITE, te llega al corazón, y te hace creer ese protagonista, y tú te olvidas que estás en un teatro... y te trasladas por una hora y pico a aquella España de postguerra.
Un año después Lolita Flores, junto a Luis Mottola, andan triunfando por toda España con un género bien diferente: la comedia «Prefiero que seamos amigos», que trajeron este sábado al Teatro Municipal de La Bañeza ciudad que Lolita Flores, en declaraciones en EXCLUSIVA a «La Bañeza Hoy», dijo que ya conocía de antes –yo soy jóven y no sé mucho de la historia de nuestra Bañeza–. Ni que decir tiene que la gran artista, que viene de una gran familia de artistas, llenó el Teatro Municipal... nos hizo reir, disfrutamos con ella y con Mottola en su representación. Y lo que es más: transmitió su sencillez, modestia, cercanía a la gente, al público, al salir del teatro y eso la hizo más grande aún.